IVÁN RICKENMANN

Alejada de la rigurosidad de las tradiciones y revestida de crítica hacia una sociedad consumista y decadente, la pintura de Iván Rickenmann se desenvuelve entre trozos de lo cotidiano y planos elementales que poseen un toque de silenciosa nostalgia.
Desde Cielo roto, sugestivo homenaje a una memoria urbana cargada de mañanas azules, sueños de ciudad y amaneceres secos, hasta su última exposición Un día cualquiera (2001) nos asiste en el recorrido de su obra un extraño silencio que ubica al espectador en la tripolaridad de su trabajo tejido por un pasado que no logra sepultar definitivamente, un presente cargado de objetos y seres triviales, y un porvenir contenido de insolubles interrogantes.
Partiendo del universo creado por Malevich, sus trazos nos recuerdan en su cadencia a Francis Picabia y en su composición a Kurt Schwitters; pero su búsqueda personal donde adiciona signos provenientes del Pop y del Kitsch, pareciera ser la representación de una memoria del futuro, donde lo antiguo se vincula con la ensoñación para darnos la imagen elemental y esencial de la vida contemporánea. Quizás allí, en el centro de este acopio de imágenes sin ataduras donde plasma su más profunda soledad, tal vez se halle la mayor fuerza de su experimentación: imaginar un paisaje vacío, que alejado de todo asombro y de hecho desprovisto de cualquier inventario espiritual, sigilosamente avanza como uno de los espacios reservados para el hombre.

Iván Rickenmann (Bogotá, 1965). Pintor y catedrático de Artes de la Universidad Javeriana de Bogotá. Ha realizado diversas exposiciones individuales y colectivas en importantes galerías de Francia, Suiza, Estados Unidos y Bélgica. Es artista exclusivo de la Galería Diners.


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